También ha reconsiderado la decisión de abrir una base de EE. UU

La oposición es una cosa y gobernar otra. No solo lo piensa la vicepresidenta española, Carmen Calvo, sino que ha empezado a aplicarlo el brasileño Jair Bolsonaro, que en apenas una semana ya prepara dos rectificaciones trascendentes: suspender la apertura de una base de EE.UU. y frenar el traslado de la embajada de su país en Israel de Tel Aviv a Jerusalén, pese a habérselo prometido a Benjamin Netanyahu antes de tomar posesión.

Le tocó verbalizar el paso atrás al ministro de Defensa de Brasil, Fernando Azevedo e Silva. «Es una posibilidad que aún no ha sido discutida ni decidida», dijo. La idea ha recibido críticas de los influyentes productores de carnes, que tienen importantes mercados en los países árabes, y de sectores diplomáticos, que defienden la neutralidad del país. «Al presidente le gusta escuchar a sus asesores antes de tomar decisiones y creo que aún lo está pensando. Se trata de una decisión política», aseguró.

Azevedo también aclaró que la posible instalación de una base militar de Estados Unidos en el país no está decidida. «Se trata de un asunto muy complejo sobre el que no hemos conversado. Hay que analizarlo muy bien», afirmó el general en la reserva del Ejército brasileño.

Base logística o aeroespacial

Azevedo e Silva, uno de los cinco oficiales de las Fuerzas Armadas en el Gabinete y de los más cercanos asesores de Bolsonaro, aseguró que, personalmente, no ve «cuál sería el motivo» para que Estados Unidos instale una base en el país y especuló con la posibilidad de que fuera de carácter logístico o aeroespacial. De acuerdo con un artículo de la Folha de Sao Paulo, Jair Bolsonaro ya desistió de la idea y se lo hizo saber a los oficiales de las Fuerzas Armadas, que habían recibido su declaración con sorpresa y que inicialmente rechazan la posibilidad.

Bolsonaro se refirió a la posibilidad de una base militar de Estados Unidos en Brasil el jueves pasado. Un día después aclaró que es el Gobierno de Donald Trump tiene ese interés y no solo en el país como en otras naciones sudamericanas.

 

Fuente: M. Piñeiro, La Voz de Galicia