Bolsonaro es la voz del apartheid sionista en Brasil
Ha utilizado la Tribuna de la Cámara de Diputados y los medios para saludar al régimen que masacra a la población palestina inocente
Por Sayid Marcos Tenório e Ahmed Shehada *
El diputado y candidato a presidente de la República Jair Bolsonaro, declaró el pasado día 07/08 que si es electo, mandaría cerrar la Embajada de Palestina en Brasil. Según él, "Palestina, no siendo un país, no tiene derecho a la Embajada aquí. No puede hacer anexo". Y que "la [presidenta] Dilma negoció con Palestina y no con el pueblo de allí. Usted no negocia con terrorista, entonces, esa embajada del lado del Palacio de Planalto, allí no es área para eso”.
Las declaraciones de Bolsonaro sobre la cuestión Palestina, son todas infelices. Para mantener su discurso extremista y agradar a sus jefes sionistas, él omite que Palestina es un Estado reconocido por 139 de las 193 naciones soberanas que integran la Organización de las Naciones Unidas; y que Brasil fue uno de los primeros en reconocer el Estado de Palestina, cuya existencia se remonta a más de siete mil años de historia y civilización, tierra sagrada de profetas y mensajeros.
Brasil tiene una fuerte identificación con Palestina y su pueblo alegre, esperanzado y resistente, donde más de cinco mil brasileños viven en perfecta armonía. Y porque acogemos aquí a miles de refugiados palestinos, perfectamente integrados a la vida brasileña. Y, sobre todo, porque apoyamos la resistencia y prestamos nuestra solidaridad para que no abran mano del derecho a su patria, estableciendo un Estado soberano, el retorno de los refugiados a sus tierras y casas de donde fueron expulsados.
La existencia de la Embajada del Estado de Palestina en Brasil es el resultado de los principios establecidos por la Constitución Federal y el Derecho Internacional, así como el apoyo de Brasil al derecho de autodeterminación del pueblo palestino, signo de las buenas relaciones entre los dos países. Es el coronamiento de una relación que se remonta a 1975, cuando la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), en calidad de movimiento de liberación nacional, fue autorizada a designar representante en Brasil y posteriormente en 1993, a través de la apertura de la Oficina de Representación en nuestro país. En diciembre de 2010, a través del reconocimiento, por Brasil, del Estado de Palestina, la Embajada puede entonces ser instalada.
La cuestión de fondo no es la desinformación del diputado Bolsonaro en relación con la historia y lo que pasa en Palestina, sino sus compromisos políticos con sionismo internacional que robó Palestina y la transformó en el Estado usurpador, terrorista y criminal de guerra, Israel.
Bolsonaro es la voz del apartheid sionista en Brasil, que toma cuerpo a través de los grandes medios de comunicación para intentar hacer sentido común que el pueblo palestino es terrorista, porque hace uso del legítimo derecho a la resistencia. El pueblo palestino es como todos los demás pueblos que lucharon contra invasiones, a través del sacrificio de hombres y mujeres valientes, como Francia, que usó la fuerza de la resistencia contra la ocupación nazi; el Vietnam que movilizó a la nación y derrotó al poderoso ejército de EEUU; y Argelia, que luchó contra y venció la ocupación francesa, en una guerra que costó la vida de millones de mártires.
El pueblo palestino lucha diariamente de acuerdo con el Derecho Internacional y las Resoluciones de la ONU, de pecho abierto, enfrentando tanques con piedras, para honrar su tierra y su historia. Por eso viene pagando un alto precio por hacer uso del derecho a la resistencia, pues sufren como ningún otro pueblo la tragedia del holocausto, apartheid y de las guerras que ocurrieron en sus territorios. Las invasiones y agresiones a Gaza en 2009, 2012 y 2014, fueron verdaderos genocidios, donde miles de personas perdieron sus vidas en defensa de sus casas y de sus tierras.
Lo que ocurre en Palestina hoy no es una guerra de terroristas contra judíos, como gritan los Bolsonaros. Lo que ocurre es una ocupación ilegal, una usurpación, desde el punto de vista del Derecho Internacional, un genocidio, una masacre, donde casas son destruidas, mujeres y niños son muertos, escuelas y hospitales son destruidos con las personas dentro de ellos.
Esto es el resultado de un largo proceso de conflictos armados, con momentos de extrema agresividad bélica por parte del Estado usurpador de Israel, que ya ha costado la vida de millones de palestinos, expansión criminal de asentamientos en tierras palestinas desde 1948, año de la Nakba (tragedia) y el establecimiento de la mayor diáspora de un pueblo en el siglo XX, donde cerca de 10 millones de palestinos viven dispersos en decenas de países, debido al avance de los asentamientos y la consecutiva expulsión de la población local.
Bolsonaro es admirador de las medidas peligrosas tomadas por el régimen usurpador de Israel para continuar la ocupación de todo el territorio palestino. Ha utilizado la Tribuna de la Cámara de Diputados y los medios para saludar al régimen que masacra a la población palestina inocente que practica cambio en la composición demográfica así como la expansión permanente de las colonias y cerco a la franja de Gaza, lo que priva al pueblo palestino de sus derechos básica.
Palestina es símbolo de la búsqueda de la libertad, la paz, la justicia y el respeto del derecho internacional, la soberanía y los derechos humanos.
El resto es discurso vacío, frases de efecto y demostración de servidumbre al apartheid sionista, ejercido por un gusano de extrema derecha que hace del discurso racista, mote para tocar parte de la población desinformada y entorpecida por el odio difundido por las redes sociales.
* Sayid Marcos Tenorio es director del CEBRAPAZ y Ahmed Shehada es presidente del Instituto Brasil-Palestina - IBRASPAL
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