Cierra la mezquita de Al Aqsa en Jerusalén como precaución ante el coronavirus
Las autoridades anunciaron el cierre de la Mezquita de Al Aqsa, en la Explanada de las Mezquitas de la Ciudad Vieja de Jerusalén, a causa del coronavirus.
Al Aqsa, el tercer lugar más sagrado para el Islam, es el último de una serie de sitios religiosos donde el acceso se ha detenido o limitado de forma estricta en Oriente Medio.
Arabia Saudita detuvo la peregrinación a La Meca y Medina y hoy anunció el cierre temporal de todas las mezquitas y suspendió las oraciones del viernes.
El jeque Omar Kiswani, director de Al Aqsa, señaló que el cierre de la mezquita y otros edificios del complejo, incluido el edificio de la Cúpula de la Roca, sería indefinido hasta nuevo aviso.
En el Muro de las Lamentaciones, el lugar más sagrado para los judíos, habitualmente lleno de fieles y visitantes, continúan las oraciones al aire libre, pero solo se permite que haya diez personas a la vez y con una gran separación entre ellas, siguiendo las normas decretadas por el gobierno israelí.
Israel, donde los casos de infectados por coronavirus son ya 200 y miles de personas se encuentran bajo cuarentena, impuso medidas extremas para contener la pandemia del COVID-19 en la última semana y las ha reforzado más desde ayer.
Ya hace más de una semana que no se permite la entrada al país de extranjeros que no puedan acreditar que tienen posibilidad de pasar dos semanas de cuarentena en una casa y todos los ciudadanos, israelíes o de otros países, están obligados a pasarla.
Ayer se decretó el cierre de restaurantes, centros comerciales, cines, gimnasios y guarderías. También se limitó las reuniones a 10 personas, incluso para los servicios religiosos.
Por su parte, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha informado de 38 casos de coronavirus en Cisjordania, 37 relacionados con un brote en la ciudad de Belén y uno en la ciudad de Tulkarem, al norte de Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel desde 1967.
Funcionarios palestinos señalaron que el presidente palestino, Mahmud Abás, que tiene 85 años y sufre problemas de salud, ya no recibe invitados como medida de precaución, y solo se reúne con un par de asistentes muy cercanos. A la mayoría de su personal se le ha pedido que trabaje desde su casa.
Fuente: Sputnik Mundo
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