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El Muro de Apartheid de Israel perdura, 15 años después de la sentencia de la Corte Internacional de Justicia.

El muro de separación, más conocido como Muro de Apartheid por los palestinos y considerado ilegal por la Corte Internacional de Justicia, secciona el territorio ocupado de Cisjordania, el proyecto final se completará a los 712 km una vez terminado

En la Cisjordania ocupada, el largo muro de separación de hormigón serpentea a través del paisaje, atravesando de manera constante las comunidades palestinas, de los campos agrícolas y las tierras de cultivo.

El muro, que Israel comenzó a construir en el año 2002 durante la segunda intifada, ha sido descrito por los funcionarios israelíes como una precaución de seguridad necesaria contra el terrorismo.

Sin embargo, los palestinos han denunciado al muro como un mecanismo israelí para anexar el territorio palestino, ya que está construido en las profundidades de Cisjordania y no a lo largo de la Línea Verde de 1967.

Este martes se cumple el 15 aniversario desde que la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el órgano judicial de la ONU, emitiera una opinión consultiva que consideró ilegal el muro de separación de Israel.

Si bien la decisión no es vinculante, encontró que el muro viola el derecho internacional y pidió su desmantelamiento. También dictaminó que Israel cancelara compensaciones por cualquier daño causado.

Sin embargo, 15 años después, el muro ha seguido atravesando las comunidades palestinas, ha tomado los recursos naturales en la Cisjordania ocupada y ha anexado tierras palestinas, incluidas las zonas donde se construyen los asentamientos israelíes.

"Israel ha continuado construyendo y expandiendo el Muro de Apartheid (muro de separación) y actuó como si la decisión de la Corte Internacional de Justicia no hubiera ocurrido", explicó a Al Jazeera, Ghassan Daghlas, un funcionario palestino que supervisa las actividades de asentamientos en el norte de Cisjordania.

"Esto ha resultado en el estrangulamiento de Cisjordania y ha afectado el curso de la vida de los palestinos", añadió.

Daghlas indicó que el completo desprecio de Israel por el fallo de la Corte Internacional de Justicia demuestra que "se considera a sí mismo por encima del derecho internacional" y no tiene reparos en mostrar su verdadero rostro "racista y de apartheid" a la comunidad internacional.

'Matriz de control'

Omar Shakir, director de Human Rights Watch para Israel y Palestina, señaló a Al Jazeera que el muro de separación ha tenido un efecto directo en la vida cotidiana palestina al separar a miles de palestinos entre sí, de las tierras agrícolas que poseen, así como de la infraestructura y de los servicios esenciales.

"El muro en sí mismo es parte de la matriz de control y de los abusos de derechos que forman parte de la experiencia diaria de los palestinos", explicó Shakir.

Al menos el 85 por ciento de la ruta planificada de los 712 kilómetros del muro, que es el doble de largo que la Línea Verde, se construye dentro del territorio palestino, lo que, según Shakir, afecta la capacidad diaria de los palestinos para acceder a servicios, escuelas, hospitales, sus tierras, y el resto de la población palestina que también está parcialmente aislada de estos territorios y comunidades".

Stop the Wall, una campaña de defensa popular palestina, señaló que una vez que se complete el muro, Israel habrá anexado el 46 por ciento de Cisjordania, "aislando a las comunidades en bantustanes, ghettos y zonas militares".

El grupo indicó que el muro aislará a más de 78 aldeas y comunidades palestinas, un total de 266,442 palestinos.

La gran mayoría de los palestinos, 257,260, tienen sus aldeas y hogares rodeados por el muro, por asentamientos ilegales y por carreteras exclusivas para los colonos, según Stop the Wall.

Según el grupo de derechos israelí B’tselem, al menos 11,000 palestinos viven en zonas designadas como "zonas de separación" que se encuentran entre la Línea Verde y el muro, aisladas del resto de la población.

La vida de estos residentes depende de la obtención de permisos de residencia de la administración civil israelí, solo para vivir en sus propios hogares.

"Los permisos deben renovarse constantemente antes de que caduquen para que los titulares de los permisos puedan seguir viviendo en sus propias casas", dijo el grupo, y agregó que la validez difiere de un solo día a un par de años.

El muro, junto con cientos de otros obstáculos y checkpoints (puntos de control militar) israelíes dispersos en la Cisjordania ocupada, no solo ha obstaculizado el movimiento palestino sino también la economía palestina.

"Sin duda, hay un efecto significativo en la economía palestina", añadió. "El Banco Mundial ha estimado en el año 2013 que las restricciones de movimiento le han costado a la economía palestina $3.4 mil millones al año".

"En última instancia, la comunidad internacional necesita medidas más concretas en respuesta a las graves violaciones de las leyes humanitarias internacionales de derechos humanos que forman parte de la realidad cotidiana de los palestinos bajo ocupación", señaló Shakir.

Protestas populares contra el muro.

El costo estimado del muro al finalizar es de $ 2.1 mil millones. Encima del muro de ocho metros de altura, que es el doble de la altura del Muro de Berlín, hay cables de púas y sensores electrónicos de movimiento. Las zonas de amortiguamiento pueden extenderse entre 30 y 100 metros de ancho.

La construcción de la barrera de separación hizo que varias aldeas entraran en acción a principios de la década de 2000, ya que utilizaron manifestaciones populares desarmadas para protestar contra la anexión israelí de sus tierras.

Budrus, Bilin y Nilin se encuentran entre las aldeas que obtuvieron reconocimiento internacional y notoriedad por sus protestas, como resultado de la respuesta israelí fue disparar botes de gas lacrimógeno, balas de acero recubiertas de goma y municiones reales directamente a los manifestantes.

Sin embargo, en los últimos años, las protestas han disminuido y han perdido gran parte de su impulso.

"El nivel de represión tanto de los israelíes como de la Autoridad Palestina restringe la capacidad de los palestinos en general para participar en activismo y protestas, incluso alrededor de la barrera de la separación", explicó Shakir.

En la naturaleza de cualquier situación prolongada, agregó, los cambios de enfoque en otras partes, como las protestas espontáneas que se desataron tras la decisión del presidente de Estados Unidos Donald Trump de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel y reubicar la embajada de Estados Unidos allí.

"Todos los días somos testigos y vivimos bajo crímenes de colonización, no solo con el muro de separación, sino también con la incesante construcción de asentamientos israelíes", añadió Daghlas.

"Estamos defendiendo nuestra dignidad, nuestra patria y el derecho internacional que esperamos que se aplique pronto".

 

Fuente: Linah Alsaafin, Al Jazeera News / Traducción: Palestinalibre.org

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