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El bloqueo entra en su décimo cuarto año en Gaza

La población de la franja de Gaza vive bajo un largo confinamiento forzoso desde que en 2007 Hamas tomo el poder en el enclave. El bloqueo ha tenido y sigue teniendo consecuencias devastadoras para la Franja. Las restricciones han provocado un deterioro de la salud, la economía, la educación y la vida social de los 2 millones de habitantes de Gaza, de los cuales más de la mitad son personas refugiadas de Palestina.

Por: UNRWA España

 

Este mes, mientras la desescalada se producía en España, en la franja de Gaza se cumplían trece años de férreo bloqueo. Fueron muchos los que durante este confinamiento encontraron similitudes entre el encierro que se producía en gran parte del mundo y el que llevan sufriendo los gazatíes desde hace más de una década.  

La población de la franja de Gaza vive bajo un largo confinamiento forzoso desde que en 2007 Hamas tomo el poder en el enclave. Israel, con el que limita el 90% del perímetro de la franja de Gaza, impuso restricciones a la circulación de personas y bienes como castigo colectivo al movimiento islámico. Desde entonces, el confinamiento en una franja de 365km2 es la única realidad que conocen muchos niños y niñas de Gaza, y la única vida que experimentan.

El bloqueo ha tenido y sigue teniendo consecuencias devastadoras para la Franja. Las restricciones han provocado un deterioro de la salud, la economía, la educación y la vida social de los 2 millones de habitantes de Gaza, de los cuales más de la mitad son personas refugiadas de Palestina. Una de las consecuencias más significativas del bloqueo es el desempleo, que alcanza el 52% según los informes internacionales.   

En una estrecha calle del campamento de refugiados de Jabalia, el mayor de los ocho campamentos de refugiados de la Franja, Juma Abu Gomssan vive con su familia de 12 miembros en una casa de cuatro habitaciones.  

Juma, un refugiado de Palestina de 55 años, es uno de los miles de trabajadores de la construcción que han perdido su empleo desde 2007, lo que expone a su familia a una pobreza extrema. "Solía trabajar en el campo de la construcción en Israel y ganaba más de 50 dólares al día, pero cuando Israel prohibió la entrada de trabajadores de Gaza me quedé sin trabajo".  

Desde entonces, la familia ha dependido de la ayuda alimentaria que UNRWA distribuye a las personas refugiadas de Palestina. Las últimas estadísticas oficiales muestran que un millón personas refugiadas de Palestina dependen de la ayuda de UNRWA. En Gaza, UNRWA opera con un personal de más de 13.000 empleados en casi 300 instalaciones repartidas por toda la Franja para proporcionar ayuda a los refugiados necesitados.   

Además de la ayuda alimentaria de UNRWA, la familia recibe un estipendio de 200 dólares cada tres meses del Ministerio de Asuntos Sociales pero la cantidad apenas cubre unas pocas semanas. Así que, con la ayuda de su esposa, Atiat, Juma hace comida por encargo para ocasiones especiales.  "En celebraciones, fiestas de graduación, cumpleaños y bodas, atendemos los pedidos de la gente. Esperamos que vaya más allá de las ocasiones especiales, pero no podemos permitirnos llevar un negocio privado de comida". Esto le da a la familia unos pocos dólares más para cubrir los gastos de su modesta vida.   

Los largos años de bloqueo y tres guerras han dejado huella en la familia Abu Gomssan. Sus sueños de construir una nueva casa grande fuera del abarrotado campamento, tener buenos muebles, y dar a sus hijos más oportunidades, no han podido cumplirse.   

El derecho a la salud bajo el bloqueo 

Pero los efectos del bloqueo no son solo económicos. La salud de la población y el acceso a medicamentos y tratamientos también se ven afectados. El hijo de Juma, Mustafá, de 26 años, fue diagnosticado con insuficiencia renal hace un año. Necesita urgentemente una operación de trasplante que no se puede hacer en Gaza por falta de suministros médicos.  

"De alguna manera nos las arreglamos para sobrevivir a estas duras condiciones, pero mi mayor temor hoy es perder a mi hijo a causa del bloqueo", dice Juma. La familia no tiene muchas opciones para ayudar a Mustafa: o bien viajan a Egipto para hacer la operación, un viaje que no pueden permitirse, o bien esperan a que una delegación médica, con el equipamiento necesario, visite la Franja. La posibilidad de recibir un permiso para salir de Gaza y llevar a cabo la operación en Cisjordania, no es una opción. Un tercio de los permisos médicos para recibir tratamiento fuera de la Franja son denegados por las autoridades israelíes.  

Cada año, hay casos que ilustran con dureza las consecuencias de esta situación. Solo en este mes, dos bebés, Anwar y Omar, murieron en Gaza sin poder recibir fuera el tratamiento que necesitaban.

En 2012, un informe de Naciones Unidas concluía que sin medidas urgentes y un levantamiento del bloqueo, Gaza sería inhabitable en 2020. Tras 13 años de bloqueo, esa es la realidad con la que conviven ahora dos millones de personas en Gaza que habitan el único lugar inhabitable con una de las densidades de población más altas del mundo.

 

Foto: Juma y Atiat junto a la entrada de su casa en la que viven 12 miembros de su familia. UNRWA ESPAÑA

Fuente: www.eldiario.es

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