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Familias de Gaza acusan a UNRWA de explotación en el programa de ayuda 'Trabajo por vivienda'

Actualización, 26 de septiembre de 2019: En el día de hoy UNRWA incumplió con las familias el acuerdo que se describe a continuación, diciendo que no comenzaría hasta que concluya otro programa de empleo para familias necesitadas. Y aunque este último está programado para concluir a fines de ese mes, podría renovarse

Actualización, 26 de septiembre de 2019: En el día de hoy UNRWA incumplió con las familias el acuerdo que se describe a continuación, diciendo que no comenzaría hasta que concluya otro programa de empleo para familias necesitadas. Y aunque este último está programado para concluir a fines de ese mes, podría renovarse.

"Todo lo que sabemos ahora es que ellos [UNRWA] nos emplearán en los 'próximos meses'. Lo que eso realmente significa, no lo sabemos", explica Mahmoud al-Gherbawi, un representante de las familias que también recibieron subsidios de alquiler.

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Los palestinos receptores de ayuda han acusado a la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos, UNRWA, de explotación después de haber sido obligados a trabajar a cambio de estipendios de alquiler para familias cuyas casas fueron destruidas en la guerra de 2014. El organismo suspendió el programa el año pasado en medio de una crisis financiera provocada por la decisión de la Administración de Trump de recortar los fondos de la Agencia. Después de que más de 100 familias protestaran dentro de una clínica médica de la ONU desde abril hasta finales de julio, UNRWA acordó restablecer la asistencia en un intercambio de trabajo.

El programa de alquiler por trabajo, que cubre un total de 600 familias, comenzará en octubre.

“Las familias protestaron por desesperación, no tenían dónde vivir", explica Mahmoud al-Gherbawi, un representante de las familias que también recibieron subsidios de alquiler. “Organizamos una sentada en el segundo piso de la clínica, donde estaban ubicadas las oficinas administrativas y de relaciones públicas. Nuestra presencia no impidió en absoluto el trabajo de la clínica”, dijo.

Sin embargo, el Director de Operaciones de UNRWA en Gaza, Matthias Shamali, "amenazó con cerrar la clínica para presionarnos a evacuarla". Nos mantuvimos firmes y finalmente Matthias sugirió que una persona de cada una de las 600 familias trabajara a cambio del estipendio”, dijo al-Gherbawi.

El acuerdo no cumple las expectativas de al-Gherbawi. Insiste en que la ayuda debe desembolsarse sin un requisito de trabajo, s UNRWA quiere que los palestinos trabajen, debería pagar un salario. Los subsidios de alquiler se otorgan a una tasa de 200 dólares por mes. Al-Gherbawi dijo que es mucho más bajo que los salarios pagados por la ONU al personal local, que estima entre 300 y 800 dólares mensuales.

“Al principio nos negamos porque deberíamos recibir salarios si trabajamos. Pero después de pensarlo detenidamente aceptamos. No tenemos otras alternativas. Aun así, nos sentimos explotados”, dijo.

Miles de personas siguen desplazadas por la guerra de 2014

Las casas de más de 100.000 palestinos fueron dañadas o destruidas en la guerra de 2014, lo que obligó a muchos a buscar refugio en las escuelas de UNRWA. Después de que terminase la guerra, los gobiernos palestinos tanto en Gaza como en Cisjordania, comenzaron lentamente a financiar su reconstrucción. Sin embargo, cinco años después, unas 13.000 personas no han regresado a sus hogares. Muchas permanecen en alojamientos temporales organizadas por la ONU a medida que continúa la construcción y muchas se han visto obligadas a mudarse repetidamente después de que los propietarios de los apartamentos subieran los alquileres tras un aumento de la demanda.

Luego la Administración de Trump anunció el año pasado que dejaría de financiar su parte (aproximadamente un tercio) del presupuesto de 1.100 millones de dólares de UNRWA.

En respuesta UNRWA hizo recortes profundos. Además de suspender los pagos de alquiler, los trabajos y programas se redujeron. Anticipando a los palestinos que habían recibido estipendios de UNRWA que ya no podrían pagar su renta, varios propietarios anunciaron fechas límite para que las familias pagasen los saldos vencidos. Algunas familias fueron desalojadas y otras fueron condenadas a prisión por sus crecientes deudas.

“Originalmente UNRWA se estableció para brindar asistencia a los palestinos convertidos en refugiados por la Nakba (“catástrofe”o creación de Israel). Desde entonces, muchos de nosotros hemos sido desplazados varias veces, con cada guerra", dice al-Gherbawi.

Un niño refugiado palestino juega afuera de la casa de su familia en el campo de refugiados de Shati en la ciudad de Gaza el 1 de agosto de 2019. (Foto: MahmoudAjjour / APA Images)

La historia de Asmaa

Asmaa al-Nahhal, de 30 años, pertenece a una de estas familias. Su esposo es empleado de la Autoridad Palestina en Cisjordania, que le paga aproximadamente 397 dólares [1.400 NIS] por mes, sin considerar mucho a sus cuatro hijos. Habían comprado una unidad de apartamento de un banco, pagando en cuotas. El banco recaudaba 115 dólares del salario de su esposo cada mes.

En el momento de la guerra de 2014, su esposo estaba en el Líbano visitando a su hermano y a su madre es viuda. Mientras estaba sola con los niños recibió un aviso de que su edificio sería el objetivo. La familia huyó de inmediato. El ejército israelí atacó el edificio con un avión no tripulado, destruyendo la propiedad y las pertenencias de todas las familias que vivían allí.

Al-Nahhal y sus hijos buscaron refugio en la casa de un pariente cercano. Pero no había suficiente espacio, por lo que llevó a los niños a una escuela de UNRWA cercana, donde vivieron en un salón de clases con otras seis familias durante más de 50 días.

“Mi hermana ya había ido a la casa de nuestros padres con sus cinco hijos y su esposo, por lo que no pudimos quedarnos allí, estaríamos hacinados”, recuerda al-Nahhal. "¡Deseaba que mi esposo estuviera con nosotros para darme fuerzas!"

Durante los últimos cinco años, la familia se mudó de un vecindario a otro, intentando encontrar y quedarse en un departamento barato, lo que provocó una disminución en los logros académicos de sus hijos.

Su desplazamiento continuo aún no ha terminado. Después de que UNRWA cortó eestipendio de alquiler de la familia, fueron desalojados de su hogar. Sus muebles también fueron incautados hasta que se pagó el alquiler. Sin otro lugar donde establecerse, la clínica donde se realizó la sentada se convirtió en su refugio.

“Mis hijos y yo vivíamos en una habitación de la clínica con otras tres familias. Mi esposo vivía con sus padres y sus hermanos solteros en una casa demasiado pequeña para todos”, explica al-Nahhal.

Sin embargo, una vez que las familias acordaron con UNRWA, ella y los niños abandonaron la clínica y viven en la casa de sus suegros hasta que puedan encontrar un apartamento. La solución ofrecida por UNRWA, en la que al-Nahhal trabajará para la Agencia, les permitirá obtener dinero para el alquiler, pero no están satisfechos con la agencia.

"Desde que nuestras casas fueron demolidas en la guerra, hemos sido refugiados", dice, "y en lugar de ayudarnos pagando el alquiler están explotando nuestra extrema necesidad de dinero".

La familia Nasser

Nasser Abu Nahel, padre de cuatro hijos, ha estado en una situación similar y fue encarcelado cuando no pudo pagar sus deudas. No trabaja porque tiene una enfermedad cardíaca que hace que cualquier esfuerzo sea peligroso. El único ingreso de su familia es un pago por discapacidad de aproximadamente 567 dólares cada tres meses.

Abu Nahel y su familia vivían en un hogar provisto por el Ministerio de Obras Públicas y Vivienda hasta la guerra de 2014, cuando las fuerzas israelíes arrasaron el edificio. Al igual que otras familias, se refugiaron en una escuela de UNRWA del vecindario durante aproximadamente dos meses.

“Mi esposa y mis hijos vivían en uno de los pasillos de la escuela, ya que no había suficiente espacio en las aulas, mientras yo me mudaba a la casa de mi padre. Pero no había suficiente espacio para todos”, recuerda. "Tengo otros dos hermanos casados".

Desde entonces, la familia ha alquilado un apartamento, es decir, hasta que UNRWA cortó su estipendio de alquiler. Se quedaron todo el tiempo que pudieron, pero luego fueron desalojados y Abu Nahel fue encarcelado por no pagar el alquiler.

"Durante mi encarcelamiento, mi salud se deterioró porque no pude tomar mi medicamento", agrega.

El acuerdo de UNRWA significa que su esposa irá a trabajar para la Agencia a cambio de ayuda con el alquiler. Pero Abu Nahel, como los demás, cree que la vivienda es un derecho, dado el precio que han pagado a raíz de la guerra. Y cualquier empleado debe recibir un salario adecuado. “UNRWA está utilizando nuestra falta de dinero para obtener trabajo 'gratis'. Esto es inaceptable por parte de una organización cuyo propósito es brindarnos asistencia cuando somos víctimas”.

Acerca del autor: Khuloud Rabah Sulaiman es escritor en WeAreNotNumbers.org. y graduado en literatura inglesa por la Universidad Islámica de Gaza.

 

Fuente: Khuloud Rabah Sulaiman, Mondoweiss / Rebelión (Traducido del inglés para Rebelión por J. M.)

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