La Cancillería francesa fijó su postura en una declaración, en la cual celebró el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Bahréin e Israel, un paso considerado por París favorable a la paz y la estabilidad del Medio Oriente, aunque en la práctica no cambie la realidad del pueblo palestino, ocupado y con una parte de su territorio (Cisjordania) colonizada por el poderoso vecino.

 

De acuerdo con la entidad gubernamental, los vínculos entre Manama y Tel Aviv deberían aportar a una nueva dinámica regional, que implique la suspensión definitiva por Israel de la anexión de territorios palestinos y el comienzo de negociaciones directas.

 

En ese sentido, la Cancillería de Francia subrayó que el resultado del diálogo debería conducir al establecimiento de dos Estados viables dentro del marco del Derecho Internacional y los parámetros pactados.

 

Palestina lleva más de medio siglo bajo ocupación israelí, sin poder acceder a su aspiración a convertirse en un Estado independiente y miembro pleno de la familia de la ONU, un derecho bloqueado durante décadas por Estados Unidos con su poder de veto en el Consejo de Seguridad.

 

Bahréin siguió a Emiratos Árabes Unidos, que el mes pasado restableció sus vínculos con Israel, para convertirse en el cuarto país árabe en dar ese paso, dado inicialmente por Egipto y Jordania.

 

Palestina rechaza las recientes decisiones, enmarcadas en una iniciativa de Estados Unidos, porque no tienen nada que ver con el derecho de su pueblo a la autodeterminación y a vivir sin una ocupación extranjera que se consolida mediante la colonización con asentamientos, pese al repudio internacional.