El nuevo hogar de la Fundación AM Qattan es un cubo oscuro y gris que brilla en una ladera en el borde de Ramallah, y fue diseñado por Donaire Arquitectos, con sede en Sevilla (España).

Un nuevo centro de arte palestino valorado en 16 millones de libras se ha abierto en Cisjordani. Sus creadores esperan que sea un “faro de cultura”, ha informado The Guardian.

 

El nuevo hogar de la Fundación AM Qattan es un “cubo oscuro y gris” que “brilla en una ladera en el borde de Ramallah”, y fue diseñado por Donaire Arquitectos, con sede en Sevilla (España).

 

“Han sido años de lucha para lograr algo cercano a los estándares que queríamos”, declaró Juan Pedro Donaire, de la firma. “Hay defectos, pero es lo mejor que podemos hacer si construimos bajo la ocupación [israelí]”, agregó.

 

“Es más que un centro artístico”, dice Omar al-Qattan, presidente de la fundación. “Esperamos que sea un microcosmos modesto de la vida pública urbana, algo de lo que carecen las ciudades palestinas”.

 

La Fundación Qattan fue fundada en 1993 por el padre de Omar, Abdel Mohsin al-Qattan, y tiene a más de 100 trabajadores en Cisjordania y Gaza, “dirigiendo programas educativos de alcance comunitario y actividades públicas con enfoque en ciencia, drama y arte”.

 

Ahora, todo puede “reunirse en un solo lugar, con una galería, biblioteca, teatro, residencias de artistas y estudios de danza y arte, junto con una de las primeras plazas públicas de la ciudad”.

 

Según The Guardian, “los visitantes del nuevo complejo disfrutarán del raro placer de pararse en una plaza de piedra caliza sin automóviles, donde las fuentes brotarán pronto, con un café y vistas al valle, todo protegido de la calle por un pared de piedra perforada larga”.

 

“Las terrazas multinivel del edificio rebosaban de familias entusiasmadas con la inauguración pública del 28 de junio, cuando más de 1.500 personas se presentaron para estar en la inauguración las instalaciones”, señaló el informe.

 

El proyecto sufrió “demoras interminables, con materiales importados detenidos por la aduana israelí”, incluidas estanterías de bibliotecas “misteriosamente detenidas durante tres meses”.

 

“Estamos acostumbrados al acoso diario”, dice al-Qattan, que el año pasado recibió permiso para visitar el centro infantil de Gaza de su fundación después de una década de espera, “pero esto es un absurdo abuso de poder”.

 

“Queremos que este sea un lugar donde los extraños puedan encontrarse, donde se puedan intercambiar ideas, donde se pueda venir y ser anónimo”, declaró al-Qattan al periódico. “Un espacio público en todo el sentido de la palabra”.

 

 

 

Fuente: Monitor de Oriente