La comunidad internacional alerta a Trump del riesgo para la paz si anuncia la capitalidad de Jerusalén
El traslado de la embajada de EE.UU. a la ciudad dividida se entendería como el reconocimiento de la soberanía israelí.
Trump podría estar a punto de desencadenar un terremoto político en Oriente Medio si hoy anuncia, como está previsto, su intención de trasladar la embajada estadounidense a Jerusalén y reconocer a la ciudad disputada como capital de Israel, a pesar de que la mayoría de la comunidad internacional no ha reconocido la anexión israelí de Jerusalén Este y mantiene a su cuerpo diplomático en Tel Aviv.
Pese a que responsables de la diplomacia de EE.UU. remarcaron ayer que esta decisión no debe afectar en absoluto al proceso de paz israelo-palestino, diversos líderes mundiales se han pronunciado ya preocupados por la explosiva decisión respecto a uno de los puntos más sensibles para Oriente Medio y el mundo musulmán.
El liderazgo palestino rechazó ayer de manera rotundaza decisión de Trump. “El presidente (Abás) reafirma nuestra firme posición de que no habrá estado palestino sin Jerusalén Este como su capital, de acuerdo con las resoluciones de legitimidad internacional y la Iniciativa de Paz Árabe. No podemos aceptar el traslado de la embajada”, dijo el portavoz presidencial, Nabil Abu Rudeina.
Según Abu Rudeina, Abás advirtió a Trump en la llamada telefónica con la que este le comunicó sus intenciones de las “graves repercusiones para el proceso de paz y para la seguridad y la estabilidad en la región y en el mundo” si se lleva a cabo el traslado. Abás se ha puesto en contacto con a múltiples líderes mundiales para “impedir esta acción inaceptable”, informó Abu Rudeina.
Por su parte, el movimiento islamista palestino Hamás dijo que la intención de la Administración estadounidense “cruza todas las líneas rojas”. El jefe político del movimiento, Ismail Haniye, condenó el traslado de la sede diplomática, que calificó de “provocación”, y pidió que se rechace, informó en un comunicado. Haniye señaló que ha enviado una carta a los líderes de los países árabes e islámicos, así como al secretario general de la Liga Árabe, la Organización de la Conferencia Islámica y otras organizaciones internacionales para que “no permitan” el traslado y “defiendan los lugares sagrados”.
Hanan Ashrawi, miembro destacado de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), también pidió a la comunidad internacional que “frene” esta medida “cuyas consecuencias y ramificaciones no podrán contenerse” y que intente “rescatar” las oportunidades de paz.
Pero las condenas se han reproducido también por todo el mundo. El primer ministro turco, Binali Yildirim, de visita en Seúl, instó al presidente de EE.UU. a reconsiderar su plan ya que “podría acrecentar el conflicto entre Israel y Palestina de nuevo, y aumentar el conflicto entre religiones”. En la víspera, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ya había advertido en un discurso ante el Parlamento en Ankara de que, si Jerusalén es reconocida como capital por Washington, convocará una cumbre musulmana y que la decisión podría suponer la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel.
Por su parte, el rey de Arabia Saudí, Salman bin Abdelaziz, advirtió en una llamada telefónica a Trump que el traslado de la embajada podría ser una provocación para los “sentimientos” de los musulmanes de todo el mundo. “Este paso peligroso es provocador para los sentimientos de todos los musulmanes del mundo, debido al lugar destacado que ocupa la mezquita de Al Aqsa” de Jerusalén (el tercer lugar más sagrado del islam tras La Meca y Medina), destacó el monarca, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias oficial, SPA. Asimismo, Abdelaziz señaló que la definición del estatus de Jerusalén “antes de alcanzar un acuerdo definitivo, va a dañar el proceso de paz y aumentar las tensiones en la región”.
El ministro de Asuntos Exteriores jordano, Ayman Safadi, dijo que su país convocará una reunión urgente de los ministros de Exteriores de la Liga Árabe el próximo sábado para abordar la posible decisión del presidente de EE.UU. Jordania también convocará una reunión urgente a nivel de ministros de Exteriores de los países de la Organización de Cooperación Islámica. Además, Safadi ha establecido contactos con muchos países islámicos y árabes en las pasadas 24 horas, incluida Arabia Saudí, Egipto, Turquía, Marruecos y las autoridades palestinas, para tratar el asunto.
El rey Mohamed VI de Marruecos aseguró en una carta enviada al presidente estadounidense, Donald Trump, que su decisión obstaculizar el proceso de paz en Oriente Medio. “Quiero transmitirle mi profunda preocupación personal y la extrema inquietud de los Estados y pueblos árabes y musulmanes ante las noticias recurrentes sobre la intención de su administración de reconocer a Jerusalén como capital de Israel y de trasladar a ella la Embajada de EEUU”, dice el texto.
El presidente francés, Emmanuel Macrón, y el ministro de Exteriores italiano, Angelino Alfano, trasladaron a EEUU que el estatus de la ciudad debe ser decido en negociaciones entre palestinos e israelíes, informó la agencia palestina Wafa. China también ha manifestado su preocupación ante una posible “agravamiento” de la situación en Oriente Medio causado por esta decisión.
El papa Francisco expresó también su preocupación y pidió que se respete el estatus actual de esta ciudad. “Mi pensamiento va a Jerusalén. No puedo callar mi profunda preocupación por la situación que se ha creado en los últimos días”, expresó Francisco en el aula Pablo VI del Vaticano. Francisco también hizo un llamamiento para “se realicen todos los esfuerzos para respetar el “status quo” de la ciudad, conforme a las pertinentes resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas”.
Al respecto, la portavoz de la ONU Stéphane Dujarric ha recordado la posición de Naciones Unidas sobre el estatus de Jerusalén y ha advirtió sobre medidas “unilaterales” que puedan menoscabar una solución de dos estados, el israelí y el palestino. Dujarric agregó que el secretario general Ricardo Guterres se ha mostrado contrario a este tipo de decisiones.
Jerusalén Este, que los palestinos reclaman como capital de su futuro Estado, está ocupada por Israel desde la Guerra de los Seis Días, de 1967, y fue anexionada en 1980 en una decisión unilateral israelí que no reconoció la comunidad internacional. Hoy, ningún país tiene su embajada en Jerusalén y el traslado de la sede diplomática estadounidense se entendería como el reconocimiento de la soberanía israelí sobre toda la ciudad, incluida la parte ocupada.
El Gobierno de Israel de momento no se ha pronunciado y el primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha pedido a los miembros de su Gabinete que no hagan declaraciones, informó el digital israelí Ynet. Preguntado por Efe, un portavoz de Netanyahu declinó hacer comentarios y confirmar las informaciones.
Fuente: La Vanguardia
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