Jueves, 25 Abril 2024

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La ley del apartheid sionista no rendirá Jerusalén

Sayid Marcos Tenório y Berenice Bento

La ley que institucionaliza el apartheid sionista contra palestinos, aprobada el 19 de julio por el Knesset, en el parlamento israelí, entre otras violaciones del Derecho Internacional, prevé que Jerusalén es la "capital unificada de Israel". A la luz del Derecho Internacional y de las diversas Resoluciones de la ONU, la Ley del Estado Nación es nula, porque cambia el estatus internacional de Jerusalén Este, que es considerada "ocupada" por las fuerzas de Israel desde 1967.

¿Qué hará Israel con la población palestina de Jerusalén Oriental? La ley aprobada por la Knesset continuará, por otros medios, el trabajo de limpieza étnica, sólo que ahora, a nivel intramuros y con la "legalidad" dada por el apartheid ejercido por el marco legal del ocupante sionista.

La cuestión de Jerusalén (Al Quds en lengua árabe) es tema de debates en la Organización de las Naciones Unidas desde que su Asamblea General de 29 de noviembre de 1947 decidió por la Resolución 181, la partición de Palestina en dos territorios.

Desde 1948, año de la Nakba (tragedia), sucesivas Resoluciones del Consejo de Seguridad vienen condenando las violaciones de Israel y sus acciones ilegales dirigidas a la judaización de la Ciudad Santa, para hacer de ella su capital indivisible. Desde la Resolución 56, del 19 de agosto de 1948, hasta la Resolución 2334, de 23 de diciembre de 2016 - que no fue impugnada por Estados Unidos, esas decisiones permanecieron letra muerta a causa del compromiso de EEUU con Israel, que los protege de sus crímenes de guerra y de la ocupación ilegal.

Las diversas Resoluciones de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional no reconocen la soberanía del Estado de Israel en la ocupación de cualquier parte de Jerusalén. La Resolución 478 del Consejo de Seguridad de la ONU de 20 de agosto de 1980, declaró que la publicación de la Ley por el parlamento israelí declarando Jerusalén como capital de Israel era nula de efectos y que era una violación del Derecho Internacional. Y esta misma Resolución, invitaba a los Estados Miembros a retirar sus misiones diplomáticas de la Ciudad Santa.

Desde una perspectiva histórica, Jerusalén jamás perteneció a Israel. La ciudad, que se remonta a 3000 aC, fue fundada y habitada por los jebuseos, una de las primeras tribus cananeas, de los primeros árabes que se mudaron de Arabia con los desalojados de las tribus cananeas alrededor de 2500 aC.

David tomó y dominó a Jerusalén por un corto período de 70 años, a lo largo de su historia de más de cinco mil años. Jerusalén fue, entonces, denominada "ciudad de David" en el período de 1010 a 1003 y de 1003 a 970 aC, en el período denominado de Reino Unificado de Israel. En aquella época, los ocupantes eran los llamados "hijos de Israel", sin embargo, es necesario que se resalte que hay una diferencia entre raza y religión. No todos los judíos son israelitas y no todos los israelitas son judíos.

David fue sucedido por su hijo Salomón, que gobernó por 33 años. Israelitas eran una fuerza de ocupación y los judíos admite que obtuvieron el control de Jerusalén por medio de una guerra contra el poderoso pueblo de Palestina, mientras que la presencia árabe es permanente a través de la historia.

El galardonado escritor israelí Shlomo Sand, describe en su obra "La invención del pueblo judío", que la expulsión de los judíos de Palestina simplemente nunca sucedió. Apoyado en amplia y densa investigación, el historiador afirma que nadie exilió al pueblo judío de la región, y que la diáspora es esencialmente una invención moderna. La idea de regresar del "exilio" a la Tierra Prometida, aún según Sand, era extraña al judaísmo antes del nacimiento del sionismo. Esta ideología racista transformó lugares santos del judaísmo en indicadores que justificaron la expoliación y expulsión pueblo palestino. La apropiación política de los sentidos religiosos es una de las marcas del sionismo. Reconocer el carácter sagrado de determinados lugares, con flujos de peregrinos de todas partes del mundo, no tiene ninguna conexión con el proyecto colonial sionista. Según Sand, por el contrario, durante 2.000 años los judíos se quedaron lejos de Jerusalén porque su religión los prohibía de regresar hasta que el Mesías volviese.

Jerusalén mantiene a lo largo de su historia, el estatus de ciudad sagrada de las tres grandes religiones monoteístas. Su estatus religioso, histórico y civilizacional es fundamental para los árabes, los musulmanes, los cristianos, los judíos y el mundo en general. Los lugares sagrados para musulmanes y cristianos pertenecen exclusivamente a los adeptos de aquellas religiones. Hasta el triste advenimiento de la ocupación sionista, judíos, cristianos y musulmanes vivían hermanados en una convivencia de respeto y tolerancia, frecuentaban sus templos y realizaban sus prácticas religiosas libremente.

La legislación aprobada por el parlamento israelí es, en realidad, otra afirmación del Estado-Apartheid ejercido por el régimen sionista contra el pueblo palestino. Más un sufrimiento impuesto al pueblo que es el símbolo de la opresión de todos los pueblos. Al mismo tiempo, violaciones al Derecho Internacional y las Resoluciones de la ONU para forzar la transformación de la Jerusalén histórica en la capital de Israel. Y, además, un irrespeto a la diversidad ya la tolerancia religiosa preservada al logo de siglos en Tierra Santa.

Jerusalén tiene en su biografía, luchas históricas contra la dominación extranjera. La ciudad fue destruida al menos dos veces, sitiada 23 veces, atacada 52 veces y capturada y recapturada otras 44 veces. Jerusalén es un quilombo. Lugar de resistencia y vida del pueblo palestino.

 

Sayid Marcos Tenorio es historiador y secretario general del Instituto Brasil-Palestina (IBRASPAL).

Berenice Bento es profesora del Departamento de Sociología de la Universidade de Brasília (UNB).

 

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