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Médicos sin Fronteras: Interpretar las heridas mentales

En Cisjordania, los habitantes se enfrentan a la ocupación militar, la pobreza, el conservadurismo... Una compleja realidad que agrava sus problemas de salud mental. Aquí, hablar es vital. Hablar alivia, hablar cura. Pero, qué sucede cuando el psicólogo y el paciente hablan diferentes idiomas

Las personas que viven en el norte de Cisjordania (Territorios Palestinos Ocupados) se enfrentan a multitud de presiones: más de medio siglo de ocupación militar israelí, una economía pobre, una sociedad conservadora en un momento de transición…  toda una compleja realidad que agrava los problemas de salud mental en el seno de comunidad.

MSF ofrecemos servicios de psicoterapia en las gobernaciones de Nablus y Qalqilia, en el norte de Cisjordania. Mientras que tres de nuestros psicólogos en el proyecto son palestinos locales, dos son extranjeros que no hablan árabe.

Por eso, aquí, los intérpretes juegan un papel vital en nuestro trabajo.

Hablar fue un avance en la psicoterapia y en el proceso de cura: comprender que hablar tiene un gran poder de sanación, en algunos casos más que la propia medicación.

Layali trabaja como intérprete para Médicos Sin Fronteras (agosto de 2019). © MSF

La psicoterapia es un proceso en el cual se habla de problemas de salud mental con un profesional capacitado, analizando posibles causas y formas de abordarlos. Es precisamente lo que ofrecemos en el norte de Cisjordania, donde brindamos terapia y apoyo psiquiátrico a personas con problemas de salud mental de moderados a graves.

Pero, ¿qué sucede cuando el psicólogo y el paciente hablan diferentes idiomas, proceden de diferentes culturas y tienen experiencias completamente distintas del mundo?

La respuesta la tienen nuestros intérpretes.

"No solo traducimos el idioma, también hacemos de mediadores", confiesa Layali, un intérprete que trabajó por primera vez con nuestro equipo en 2007.

“Tenemos que traducir los sentimientos; no solo las palabras de los pacientes. Los pacientes deben sentir que los entendemos”. 

En psicoterapia, la relación entre terapeuta y paciente es vital. El trabajo de análisis funciona gracias a un vínculo ético y empático: normalmente suelen ser solo dos personas en la sala, por lo que todo lo que dicen es absolutamente confidencial.

Layali (intérprete) y Lea (psicóloga), en agosto de 2019. © MSF

En nuestro proyecto en Cisjordania, es el intérprete quien crea ese vínculo entre paciente y terapeuta, a la vez que respeta la confidencialidad de todo lo que se dice.

"Para crear un vínculo real con el paciente, tienes que sentir lo que siente", explica Layali tras señalar que debe mantener la misma distancia entre el psicólogo y el paciente “y así respetar su misma ética".

"Con el intérprete presente, la dinámica de la sesión cambia", explica Lea, una psicóloga francesa. "Obviamente, hablamos mucho de las emociones pero, aquí, el intérprete es quien recibe las emociones, no el psicólogo directamente".

Del mismo modo, la comunicación en la otra dirección fluye a través del intérprete: debe elegir con sumo cuidado cómo traducir al árabe las preguntas del terapeuta.

"El mayor desafío de trabajar con un traductor es que alguien está hablando tu lugar, por lo que la colaboración entre el psicólogo y el intérprete es esencial", añade Lea. "Hay que confiar en ellos 100%".

El hecho de que el árabe se vertebre de forma muy diferente al francés y al inglés aumenta el desafío para los intérpretes. Pero este no es solo un problema de vocabulario, estructura y gramática: tiene que ver con la cultura en la que se utiliza el idioma.

Por lo tanto, el intérprete también debe asegurarse de que el psicólogo tenga suficiente información para comprender tanto las palabras del paciente como su contexto.

"Trabajamos mucho en la mediación cultural para así transmitir el significado de palabras que podrían ser frases comunes o que no tienen equivalentes directos", comenta Layali. “El tono y el lenguaje corporal de la persona son muy importantes para que yo elija la palabra correcta. A veces tengo que discutir con el psicólogo cuál es la palabra correcta para transmitir el significado".

Lea nos da un ejemplo. “Aquí, cuando a las personas se les pregunta cómo están, todas dicen al hamdulilah, que significa literalmente 'alabar a Dios' y 'estoy bien' en sentido figurado.

Incluso alguien con depresión severa responderá esto cuando se le pregunte cómo está… Al principio, me pareció extraño. El traductor me explicó que esa es la respuesta socialmente esperada, y que debo profundizar para saber cómo se siente alguien en realidad".

Yvette Aiello, psicóloga, y Layali, intérprete, explican a varias mujeres la importancia de la psicoterapia durante una sesión en Nablus (octubre de 2018). © MSF/Yuna Cho

Por todo esto, el intérprete es una parte vital del equipo terapéutico. Sin él, la terapia no podría llevarse a cabo. Sin embargo, su papel también significa que escucha lo mismo –a menudo molesto- que el terapeuta.

En Territorios Palestinos Ocupados, los temas suelen girar en torno a la violencia, la ocupación de Israel, pero también pueden ser más universales: pensamientos oscuros de suicidio, abuso físico o sexual, soledad o desesperación.

"Cuando empecé en este trabajo, me afectaba mucho", reconoce Layali. "En casa, pensaba mucho en las personas que no tenían suficiente o que sufrían violencia en sus familias".

"Como psicólogos, aprendemos a manejar nuestras emociones, y contamos con supervisión para distinguir cuáles son especialmente difíciles de gestionar", dice Lea. "Tener un intérprete cambia mi trabajo: ahora, no solo tengo que cuidar al paciente, sino también al intérprete".

Por ello, los intérpretes cuentan con la misma ayuda y apoyo que los psicólogos. Ambos necesitan apoyo para lidiar con lo que escuchan y así poder seguir con su trabajo.

"Tras cada sesión, con el psicólogo, hacemos un informe sobre el caso y discutir cómo nos hace sentir. Contamos con supervisión externa una vez al mes", explica Layali.

"Con supervisión, he podido lidiar con lo que escucho en el trabajo. Debes ser capaz de ser empático sin involucrarte demasiado”.

Velar por nuestro equipo nos permite seguir cuidando a los pacientes en un lugar donde no es fácil acceder a la psicoterapia. Como llenar un vacío en un área donde el apoyo a la salud mental es vital.

"Para muchas personas, el concepto de psicoterapia no es familiar", reconoce Layali. “A menudo preguntan: ‘¿Solo vamos a hablar? ¿En qué nos beneficia?

Después, cuando confían lo suficiente en nosotros como para venir a una sesión, buscamos asegurarnos de que sientan que los entendemos".

Layali sonríe al recordar lo que un paciente le dijo al finalizar juntos una sesión:

"Gracias. Eres una persona que sabe hablar, pero que también sabe sentir".

© Alva Simpson White/MSF

Fuente: Médicos Sin Fronteras

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