Las protestas, que se convicaron en contra de la inauguración de la Embajada de Estados Unidos a Jerusalén y en conmemoración del 70 aniversario de la Nakba, continuaron hoy y han sido enfrentadas sin piedad por parte de Israel, cuyas fuerzas militares han matado a docenas de personas y heridos a centenares.

El ataque israelí ha acabado también con la vida de la bebé de ocho meses Layla Al-Ghandoor, muerta esta mañana por la inhalación de gases disparados por las fuerzas israelíes, haciendo de ella la víctima más joven de la violencia israelí.

En Cisjordania, las fuerzas israelíes han respondido con una violencia brutal contra las protestas de esta mañana, mientras los manifestantes desarmados se enfrentaban a munición real.

Según la Media Luna Roja palestina, al menos 46 personas han sido heridas por fuego real en Belén. En Al-Bireh, las fuerzas hebreas dispararon munición real contra la juventud palestina, con bombas de gas lanzadas contra grupos aislados. Las protestas en Beit El también fueron reprimidas con gas obligando a huir a manifestantes y servicios médicos.

En Jerusalén, el refuerzo de la seguridad en torno al complejo de la Mezquita de Al-Aqsa ha hecho que los palestinos tuvieran que pasar rigurosos controles para poder entrar en la Ciudad Vieja por la puerta de Damasco, además de un aumento de la presencia militar generalizado.

Hoy los manifestantes no han sido muchos, ya que el comité de organización de las protestas llamó a un día de luto ante las numerosas víctimas producidas en un solo día en la Franja de Gaza, el mayor desde el ataque contra la Franja de 2014. Miles de palestinos han participado en los funerales en toda Gaza, habiéndose producido duelos en casi todas las partes de la ciudad.

Los servicios sanitarios de Gaza, que ya venían sufriendo falta de equipamiento y de medicinas esenciales, luchan ahora por hacer frente al alto número de víctimas. Ayer se produjeron llamamientos para la donación de sangre del grupo 0 para los numerosos heridos. Jordania y la Autoridad Palestina han respondido a la crisis ofreciendo equipamientos médicos y materiales de apoyo.

Turquía y Sudáfrica han retirado a sus embajadores de Tel Aviv en condena por las agresiones cometidas por Israel contra los manifestantes palestinos, mientras el Consejo de Seguridad de la ONU ha celebrado una reunión de emergencia para abordar los acontecimientos.