Los niños han sido los mas afectados por La Nakba, por la destrucción de sus hogares y escuelas y por los diarios abusos y violaciones a sus derechos más básicos por parte de los militares israelíes de ocupación. El silencio cómplice y el ocultamiento de la información para invisibilizar las atrocidades cometidas agravan los crímenes y alienta la agresión

El 14 de mayo de 1948 es una fecha inolvidable para el pueblo palestino ya que representa el comienzo de su sufrimiento: La "Nakba" (catástrofe). En ese año, con el establecimiento del estado de Israel, más de 500 aldeas fueron destruidas y más de 700,000 palestinos fueron expulsados violentamente de sus hogares y tierras, para convertirse en refugiados en los países árabes vecinos y en otras áreas del mundo. Durante 72 años, la Nakba ha estado sucediendo todos los días para los palestinos. Todos los días son oprimidos por el estado de Israel, y se les niega incluso los derechos más básicos. El pueblo palestino todavía está disperso por todo el planeta, muchos han pasado sus vidas en campos de refugiados, luchando por la supervivencia, haciendo los trabajos más humildes. Su única esperanza estaba en el futuro y en sus hijos. En Palestina, el ocupante israelí viola continuamente los derechos humanos y civiles del pueblo palestino, en particular los derechos básicos de los menores donde se presenta la condición extrema de la negación de los derechos del pueblo palestino. Los niños palestinos ven su infancia robada y pisoteada todos los días, y experimentan prácticas traumáticas.

Los registran en los puntos de control, incluso de camino a la escuela, muchos son arrestados y la tortura comienza en el momento del arresto. Israel persigue sistemáticamente entre 500 y 700 niños palestinos en los tribunales militares cada año, sin derecho a asistencia legal durante el interrogatorio -en hebreo, idioma que desconocen- por parte los jueces del tribunal militar israelí. En este sentido, Israel es el único estado en el mundo que juzga a menores ante tribunales militares. El niño es detenido con los ojos vendados y cargado en un vehículo, donde comienza el primer interrogatorio. Quienes son arrestados son sistemáticamente atacados verbal, física y psicológicamente. Los niños son arrestados con la "culpa" de arrojar piedras a los soldados israelíes (a menudo sin éxito) o simplemente porque estaban fuera de las áreas autónomas palestinas sin permiso.

Las detenciones también se usan como una forma de disuadir a los niños de participar en manifestaciones. El arresto de menores tiende a destruir el futuro de la generación palestina. Es un ataque al cuerpo, la personalidad, las convicciones, la esperanza y los sueños de los jóvenes palestinos. Miles de niños son heridos, o incluso asesinados por soldados israelíes, muchas veces sin culpa. De hecho, Israel se ha negado repetidamente a investigar estos asesinatos o hacer autopsias según lo solicitado por los miembros de la familia. Una larga serie de crímenes se cometen injustamente contra el pueblo palestino solo porque son palestinos. Desde una edad temprana, los niños se ven obligados a presenciar eventos horribles, como la demolición o el registro de sus casas o escuelas, el maltrato de sus padres, hermanos o incluso la muerte de sus amigos y familiares. Traumas que dejan una marca indeleble en ellos.

La difusión de los puntos de control en el área, las largas rutas que se ven obligados a seguir, el cierre periódico de las aldeas por las fuerzas de ocupación, los ataques de los colonos, hacen imposible la asistencia escolar normal. De esta forma, se violan explícitamente los derechos de los niños consagrados en los Convenios de Ginebra y en la Declaración sobre los Derechos del Niño promulgada por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Además de la negación de sus  derechos a estudiar. También debería agregarse que la política israelí hacia los niños no es un efecto secundario, sino una estrategia precisa que apunta a privar a Palestina de la fuertes futuras generaciones.

Hay muchas injusticias y eventos dramáticos que ocurren en Palestina, pero que desafortunadamente los medios de comunicación y los principales periódicos no informan.

La comunidad internacional y varios organismos de la ONU han expresado en muchas oportunidades, en contra del maltrato y la tortura de niños palestinos, pero sin resultados positivos. El silencio y el desinterés del resto del mundo sobre lo que está sucediendo en Palestina y lo que los palestinos se han visto obligados a sufrir durante más de 70 años por una fuerza de ocupación colonialista como Israel es inaceptable.

Fuente: www.avantionline.it

Traducción: Palestinalibre.org