Según informa Anadolu, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) advirtió el jueves que los llamados de un ministro del gobierno israelí para cambiar el statu quo en la Mezquita de Al-Aqsa, un foco de tensión en Jerusalén, conduciría a una “guerra religiosa”

En una declaración escrita emitida después de una reunión en Ramallah, el Comité Ejecutivo de la OLP dijo que los recientes llamados son “un intento de arrastrar a la región a una guerra religiosa” y de “propaganda” para la división de la mezquita.

El martes, el ministro de Seguridad Pública israelí, Gilad Erdan, pidió que se cambie el estatus de la mezquita, para que los judíos puedan rezar allí individual o colectivamente en un área abierta o cerrada.

“Creo que hay una injusticia en el statu quo que existe desde 1967”, dijo Erdan a la radio israelí el martes.

“Necesitamos trabajar para cambiar [el statu quo] para que, en el futuro, los judíos, con la ayuda de Dios, puedan rezar en el Monte del Templo”.

Mientras tanto Hamás –la facción de resistencia con sede en Gaza– pidió la unidad nacional en una declaración escrita, después de celebrar una reunión de emergencia sobre los últimos acontecimientos relacionados con la mezquita de al-Aqsa, que ocurrieron en la víspera y el primer día de la fiesta musulmana de Eid al-Adha.

Las fuerzas israelíes atacaron a los fieles palestinos en el complejo de la mezquita de Al-Aqsa el domingo, hiriendo al menos a 37 personas.

Hamás dijo que Jerusalén es una “línea roja” y que “cualquier ataque a la mezquita de Al-Aqsa es un ataque al pueblo palestino en particular y a toda la ummah (‘comunidad musulmana’)”.

“La única forma de resistir este complot es una verdadera unidad nacional basada en una asociación real”, dijo.

El Ministerio de Awqaf y Asuntos Religiosos de Palestina también advirtió en una declaración escrita contra una “guerra religiosa” en la región.

Calificando las recientes acciones israelíes como una “medida provocativa” destinada a dividir la mezquita de Al-Aqsa, el ministerio pidió a la comunidad internacional que intervenga.

Israel ocupó Jerusalén Oriental, donde se encuentra Al-Aqsa, durante la Guerra Árabe-Israelí de 1967. En 1980, en un movimiento nunca reconocido por la comunidad internacional, Israel anexionó toda la ciudad y la designó como la autoproclamada capital “eterna e indivisa” del estado judío.

Para los musulmanes, Al-Aqsa representa el tercer lugar más sagrado del mundo, después de La Meca y Medina. Los judíos se refieren al área como el “Monte del Templo”, alegando que era el área de dos templos judíos en la antigüedad.

 

Fuente: Middle East Monitor