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Palestina es nuestra tierra, no está a la venta

Estamos ante un caso único en el mundo, digo único porque en pleno siglo XXI, mientras se dan por “superados” los procesos de colonización y organizaciones como la ONU han sacado cuanta declaración en referencia a los pueblos indígenas, se desarrolla un “acuerdo” que perpetua la posición de víctimas de las/os palestinas/os impuesta por el sionismo.

Hace un día Trump dio a conocer el “Acuerdo del Siglo”.

He leído muchas noticias – columnas que lo reducen a cifras y puntos que “objetivamente” podrían ser una solución para el pueblo palestino después de 71 años de ocupación sionista.

Lamentablemente, si profundizamos, nos encontramos con un No-Acuerdo.

Dentro de los representantes, cuando se anunció este martes, se podía ver a israelíes y estadounidenses, más ni una sola/o palestina/o.

Las esperadas palabras de Trump fueron que “el pueblo palestino merece una vida mejor y más oportunidades”. Sin embargo, no ha pasado ni un año en el que él mismo anuncia que decidió cortar los fondos que concede a la agencia de la ONU para los refugiados palestinos como medida de presión política. La cancelación de estos fondos impacta directamente en más de cinco millones de palestinas/os, negándoles ayuda vital y humanitaria.

Estamos ante un caso único en el mundo, digo único porque en pleno siglo XXI, mientras se dan por “superados” los procesos de colonización y organizaciones como la ONU han sacado cuanta declaración en referencia a los pueblos indígenas, se desarrolla un “acuerdo” que perpetua la posición de víctimas de las/os palestinas/os impuesta por el sionismo.

Tal cual como fue la mal llamada “pacificación de la araucanía”, el plan macabro de Trump regulariza la ampliación de los territorios ocupados por parte de Israel, territorios que han sido declarados como “asentamientos ilegales” por el derecho internacional, a cambio, quiere entregarles pequeñas porciones a las/os palestinas/os.

Homólogamente, cien años después de que el Estado chileno comienza a expandir su territorio e invadir suelo mapuche, se imita de manera añeja una invasión que borra por completo nuestra historia.

Se trata de una limpieza étnica que en el caso de que las/os palestinas/os aceptasen, mata oficialmente la solución de un Estado soberano para Palestina, y a cambio se legitima la anexión gradual de los territorios ocupados . Además (como lo indica el documento de 80 páginas) se les prohíbe de manera explícita, presentar cualquier queja contra Israel o EEUU ante la corte suprema de justicia.

Ésta visión colonialista, supone ante los ojos del imperio, que las/os palestinas/os no son personas sujetas a derecho.

Tal imagen de lo mapuche que ha perpetuado el Estado chileno por décadas, lo vemos resurgir con la política criminal que deja al victimario en evidente posición de poder. Éste es el verdadero acuerdo del siglo, un acuerdo del apartheid que aunque no se apruebe, significa que será el plan de Israel para seguir colonizando la patria de nuestras/os ancestras/os.

Por otro lado, 50.000 millones de dólares no lograrán la reactivación de la economía palestina cuando no se tiene control sobre las fronteras, el agua, la luz, los mercados y recursos naturales. Ni un millón de dólar más cambiará el deterioro económico que es consecuencia de la falta de libertad y de control sobre los propios recursos de las y los palestinos que históricamente han vivido ahí.

Palestina avanzará en su libertad cuando se le ponga fin a la ocupación y colonización de las tierras y se desmantele el muro del apartheid.

Cuando se reconozca el derecho fundamental y la plena igualdad de las/os ciudadanas/os que hoy están sujetos a un sistema de discriminación racial legalizada y se respete, proteja y promuevan los derechos de las/os refugiados palestinos a regresar a sus hogares.

Cuando la comunidad internacional despierte y bloquee a Israel hasta que cumpla con el derecho internacional.

Cuando desde todos los rincones nos alcemos para impedir un nuevo caso de colonización en el mundo se podrá hablar de un “Acuerdo del Siglo”, sin este mínimo y con lo que hay sólo se transformará una ocupación temporal, en una ocupación permanente y ya sabemos, gracias a nuestra historia, el resultado de eso.

Palestina no está en venta

Palestina es nuestra tierra

 

Autora: Lorena Mussa en Facebook

 

Foto: Ali Jadallah en Facebook, Lorena Mussa

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