Por qué Airbnb vuelve a ofrecer alojamiento en los territorios ocupados de Palestina
A Airbnb la acusaron de que se beneficiaba de los alquileres que se producían en las zonas de Cisjordania, ocupadas ilegalmente por Israel según resolución de la ONU
En noviembre de 2018, los activistas palestinos conseguían una victoria simbólica. A Airbnb se le había pedido repetidamente que no hiciera negocios en los territorios ocupados de Cisjordania, donde existen asentamientos israelíes.
Tras la Guerra de los Seis Días, en 1967, Israel capturó posiciones en Cisjordania cuyo control aún retiene. La Resolución 242, de aquel año, pide la retirada del ejército israelí de estos territorios, que califica de ocupados. A las viviendas de israelíes subidas a Airbnb se referían las protestas que finalmente surtieron efecto el pasado año.
Alrededor de 200 alojamientos en la zona ocupada se eliminaron de Airbnb, entre otras cosas gracias a la presión de organizaciones como Human Rights Watch. “Mucha gente en la comunidad global ha sostenido que las empresas no deben hacer negocios aquí porque creen que las empresas no deben sacar beneficio en las tierras de donde la gente ha sido desplazada”, apuntaba Airbnb en un comunicado publicado en su web, refiriéndose a los territorios ocupados en Cisjordania.
No ha durado ni medio año la decisión. Ahora Airbnb ha vuelto a colocar estos alojamientos en su plataforma. La compañía ha dicho que la eliminación de estos alojamientos no suponía un paso hacia delante. No ha ofrecido explicaciones más concretas, pero sí ha dejado claro que seguirán ofreciendo alquileres en las zonas ocupadas.
El cambio de parecer llega después de una demanda judicial de abogados israelíes en favor de los propietarios de estos alojamientos. Con su movimiento, Airbnb salda el contencioso legal abierto. De manera que la compañía se zafa de posibles polémicas legales en Israel, de las que anda bien servida en otros países, por su propio modelo de negocio, así como por el comportamiento de sus usuarios.
La cabriola de Airbnb para contentar a las dos posiciones ha sido donar los ingresos que obtenga por el alquiler de propiedades en la Cisjordania ocupada. De esta forma no se puede acusar a la compañía de lucrarse en zonas ocupadas ilegalmente.
Aunque en realidad contenta solo a una parte. La ausencia de ánimo de lucro no basta a los activistas palestinos, que han protestado contra la marcha atrás y han calificado la decisión de la compañía de “vergonzosa”. Para ellos, el movimiento de Airbnb supone una forma de “blanquear la realidad”.
Fuente: Pablo G. Bejerano, LaSexta
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