Rehenes en la morgue israelí
Docenas de ciudadanos palestinos están pasando semanas o meses a temperaturas de 40 grados bajo cero, pero no es por decisión propia. Simplemente, eran palestinos viviendo bajo la ocupación militar
Docenas de ciudadanos palestinos están pasando semanas o meses a temperaturas de 40 grados bajo cero, pero no es por decisión propia. Simplemente, eran palestinos viviendo bajo la ocupación militar: digo “eran” -en pasado-, porque ahora ya están muertos y son custodiados en cámaras frigoríficas de la morgue israelí.
Estos jóvenes no estaban protestando contra la ocupación militar o enfrentándose a ella cuando fueron alcanzados por las balas. Algunos fueron asesinados a sangre fría en lo que son de hecho ejecuciones sumarias realizadas por los soldados israelíes en los territorios ocupados, bajo el pretexto de que estaban a punto de realizar “ataques”. Las cámaras han registrado algunas de estas ejecuciones, durante las cuales los soldados israelíes de gatillo fácil se apresuran para matar a chicos y chicas palestinas que no suponían ninguna amenaza real para las fuerzas de ocupación.
Dania Arshid, de 17 años de edad, por ejemplo, fue una de las víctimas. La adolescente fue asesinada por las fuerzas de ocupación israelíes en Hebrón al ser alcanzada por diez balas el 25 de octubre de 2015. Unas impactantes imágenes muestran a la chica tendida en el suelo con su cara cubierta, mientras los soldados beben café tranquilamente a su lado. Las autoridades de ocupación retuvieron su cuerpo durante una semana entera antes de entregarlo para que fuera enterrada. En otros casos, los cuerpos de los palestinos han sido retenidos por Israel hasta 20 años.
Estas ejecuciones extrajudiciales habitualmente son efectuadas con algún pretexto fabricado de antemano, comúnmente la sospecha de que los palestinos iban a cometer un apuñalamiento. Docenas de mujeres y hombres jóvenes palestinos han sido asesinados desde octubre de 2015 de esta manera, y sus cuerpos han ido a parar a las cámaras figoríficas israelíes.
Aún más, cuando las fuerzas de la ocupación israelí disparan fuego real contra manifestantes palestinos, a veces intentan llevarse consigo los cuerpos de los mártires. En un indignante caso ocurrido el 21 de julio pasado, residentes locales palestinos se lanzaron a recoger el cuerpo de un joven asesinado a través de la puerta trasera del hospital de Al-Maqaseed en Jerusalén, antes de que los israelíes pudieran llevarse el cadáver. El hombre en cuestión fue asesinado mientras estaba protestando junto a otros palestinos desarmados, mostrando su rechazo a los intentos de Israel de imponer su dominio sobra la mezquita de Al-Aqsa mediante la instalación de puertas electrónicas y detectores de metales e introduciendo protocolos de registro humillantes para quienes acudían a rezar. El entierro del joven se celebró a toda prisa para evitar que los israelíes retuvieran su cuerpo y lo almacenaran durante meses en una cámara frigorífica.
Las autoridades de ocupación imponen un “periodo de estancia obligatorio” en su cámaras frigoríficas por una razón: su miedo a la muerte. Lo que Israel teme es la cultura de celebración del martirio y de emociones encendidas en los funerales de los palestinos, que pueden llevar al levantamiento de las masas.
Mantener las “estancias en cámaras frigoríficas” de los palestinos asesinados durante semanas, meses y a veces años es una táctica inhumana basada en el abuso inmoral de la sociedad palestina, así como lo es el enterramiento secreto de algunos mártires en tumbas anónimas, dejando a los familiares del difunto sin saber dónde está enterrado el cuerpo de su ser querido. ¿Cuánto tiempo más permitiremos que esto suceda? ¿Cuántas familias palestinas más están condenadas a quedarse esperando los restos de sus hijos hasta que sólo puedan besar una calavera o abrazar un cuerpo que ha pasado meses en una cámara frigorífica para poder darle el entierro digno que merece?
Hossam Shaker
Fuente: Middle East Monitor
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