Tribunal estadounidense desestima demanda contra el boicot académico a Israel
Un juez federal en Washington, DC, desestimó este lunes una demanda contra la American Studies Association por su decisión de apoyar el boicot a las instituciones académicas israelíes
Los activistas señalan que las instituciones académicas israelíes son cómplices de las violaciones sistemáticas de los derechos de los palestinos por parte de Israel. Imágenes de Najeh Hashlamoun APA
Un juez federal en Washington, DC, desestimó este lunes una demanda contra la American Studies Associationpor su decisión de apoyar el boicot a las instituciones académicas israelíes.
El fallo es un importante golpe a los esfuerzos de los grupos de presión israelíes para utilizar a los tribunales para hostigar, intimidar y silenciar a los defensores de los derechos de los palestinos en las universidades de Estados Unidos, una táctica conocida como "Proyecto Lawfare".
En abril de 2016, varios miembros actuales y anteriores de la ASA presentaron una demanda contra el grupo por su resolución del año 2013 que respaldaba al boicot académico.
En su fallo de 20 páginas, el Juez de Distrito Rudolph Contreras, escribió que los demandantes no tenían derecho a presentar una querella por daños y perjuicios en nombre de la ASA, y que sus reclamaciones por daños individuales no se acercaban al mínimo requerido de $ 75,000 para que buscaran el apoyo de la Corte federal.
A lo sumo, los demandantes individuales podrían reclamar daños por unos pocos cientos de dólares para cubrir las cuotas de afiliación que, según alegan, fueron malversadas, pero tendrían que encontrar otro lugar para presentar sus reclamos, según el juez.
"El tribunal básicamente indicó, que los querellantes que demandaron a ASA mintieron cuando afirmaron haber 'sufrido un daño económico y de reputación significativo'", señaló a The Electronic Intifada, Radhika Sainath, abogado principal del grupo de derechos civiles Palestine Legal. "Pero, como explicó el tribunal, 'en ninguna parte' de la querella podían explicar los demandantes cuál fue ese daño. No pasó la prueba del olfato".
“Juicios desesperados”
"Estoy encantado de que este caso sin fundamento haya sido desestimado. No sirvió para nada más que perseguir a quienes se atreven a criticar la política israelí y buscan terminar con la ocupación por medios pacíficos", comentó Steven Salaita, uno de los acusados, a The Electronic Intifada.
"Nuestra victoria ilustra aún más que es importante mantenerse firme en contra de los intentos de silenciar a aquellos dedicados a la causa de la justicia".
En 2014, Salaita fue despedido por la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign por comentarios en las redes sociales que criticaban el ofensiva militar de Israel contra Gaza ese año. Demandó a la universidad por incumplimiento de contrato, alegando que los administradores actuaron bajo la presión de donantes pro-israelíes, y luego resolvieron el caso.
Salaita se encontró a sí mismo como blanco de la demanda contra la American Studies Association.
Junto con Salaita, la demanda nombró como acusados individuales a académicos y defensores de los derechos palestinos Lisa Duggan, Curtis Marez, Avery Gordon, Neferti Tadiar, Sunaina Maira, Chandan Reddy, Jasbir Puar, J. Kehaulani Kauanui y John Stephens.
"Estos desesperados juicios llevados a cabo para silenciar a los defensores de los derechos de los palestinos no sólo son frustrados, sino que están ayudando a hacer crecer el movimiento al dejar en claro quién está en el lado equivocado de la historia: quién es el agresor, quién no es razonable y quién quiere silenciar el debate", explicó a The Electronic Intifada, Maria LaHood, subdirectora legal del Centro de Derechos Constitucionales.
LaHood, quien representó a Salaita en la demanda de ASA, agregó: "La libertad, la justicia y la igualdad siempre han estado en el lado correcto de la historia".
La queja alegó que un "conspirador de los líderes de USACBI" se apoderó subrepticiamente de ASA y usó sus posiciones en su comité ejecutivo y el consejo nacional para imponer la resolución del boicot sobre la membresía incauta de la asociación, perdiendo el dinero de ASA en el proceso.
Como parte del movimiento de solidaridad, USACBI, la Campaña de Estados Unidos por el Boicot Académico y Cultural de Israel, argumenta que las instituciones académicas israelíes deberían ser boicoteadas porque son cómplices de las violaciones sistemáticas de los derechos palestinos por parte de Israel.
Impulsado por el lobby de Israel
La fuerza detrás de la demanda fue el Centro Louis D. Brandeis, una organización de defensa de Israel que durante años trabajó para difamar el activismo de solidaridad con Palestina como antisemitismo, e intenta reprimirlo con demandas frívolas y quejas falsas de derechos civiles.
Hasta febrero del año pasado, el presidente del Centro Brandeis, Kenneth Marcus, era abogado de los demandantes.
En junio pasado, el Senado confirmó a Marcus como el máximo responsable de los derechos civiles del gobierno de Trump en el Departamento de Educación, una posición que potencialmente le permite continuar su campaña para reprimir a los partidarios de los derechos humanos palestinos desde dentro del gobierno federal.
La demanda contra ASA había sufrido previamente un revés importante.
En marzo de 2017, el tribunal desestimó el reclamo clave de los demandantes de que la ASA había actuado más allá de sus estatutos al respaldar el boicot.
"La resolución del boicot tenía como objetivo fomentar la libertad académica de los palestinos y fortalecer las relaciones entre las instituciones estadounidenses y los palestinos", escribió el juez Contreras en ese momento. "Por lo tanto, no fue contrario a los propósitos expresos de la ASA".
Pero Contreras permitió que otras reclamaciones siguieran adelante, hasta que finalmente desechó la demanda por completo.
"Los sionistas no pueden aceptar el grado de aversión por los crímenes de Israel, por lo que imaginan que cualquier grupo que defiende la justicia ha sido engañado y manipulado para hacerlo", comentó Mark Kleiman, el abogado de J. Kehualani Kaunui y Jasbir Puar a The Electronic Intifada.
"Esta ceguera se debe en parte a su propia dependencia de trucos, sobornos y subterfugios para frenar lo que rápidamente se está convirtiendo en un movimiento de masas", agregó Kleiman.
"En este juicio simplemente se inventaron acusaciones y luego fingieron haber sido perjudicados por las cosas que imaginaban que la gente había hecho".
Acerca del autor: Ali Abunimah, es activista del BDS, además es Co-Fundador de The Electronic Intifada, y autor de One Country: A Bold-Proposal to End the Israeli-Palestinian. Sus opiniones en Twitter y en Facebook.
Fuente: Ali Abunimah, The Electronic Intifada / Traducción: Palestinalibre.org
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